domingo, 31 de agosto de 2014

Nocturno



Cuántas veces me he perdido
en tu inmenso laberinto de estrellas
buscando acariciar el sentido de la rosa,
tratando de atisbar lo que me dice el meteoro.

Dentro de mí suelen jugar
mil gracias que yo desconozco.
A bordo del velero del lenguaje
me deslizo por olas que no volverán,
llegando a playas donde vive mi infancia.

Noche amiga, amante del silencio,
cuando exiliado ya de la fugacidad del día
me invitas a cubrirme con tu velo,
enciendo fuegos que den señal de mí.

Y cuando llegue la gran noche,
el sueño eterno del que no se despierta,
como el pájaro carpintero quiero dejar mi huella,
la caricia de mi boca sobre el árbol de la tierra,
la perfección de una sílaba patinando irresistible
sobre el lago helado de la palabra amor.

Hay muchos astros en el universo,
jugando al escondite sin saberlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario