Este verso me estaba esperando
muchas galaxias antes
de que yo naciera.
Esta estrofa se estaba escondiendo
en el interior de algún antepasado mío,
esperando una voz como Lázaro
que dijera: “levántate y echa tus sílabas a
caminar.”
Este poema se estaba gestando
entre los líquidos de algún atardecer
o en la matriz de una guitarra atónita;
por eso estoy lavándole los pies
a alguna diosa que me manda cartas.
Este idioma se acuerda de otras bocas,
de nombres que nombraron ríos,
de cataratas de la Amazonía,
de auténticos poemas épicos
escritos en la cresta de las olas.
Este universo tiene que estar contenido
en los aljibes de un jardín más grande.
Puede que al otro lado del espejo
podamos encontrar el poema completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario