domingo, 31 de agosto de 2014

Bienaventuranzas



Bienaventurado  el milagro del primer cuerpo desnudo,
la torpe ejecutoria del deseo primerizo,
el infinito concentrado en tu divino ombligo.

Bienaventurados los gorriones y las chicas
porque detentan la pasión del vuelo
y saben preservar el canto.

Bienaventurados los poemas de Cavafis,
porque ellos hacen el elogio de la dicha,
perfecta compañera de viaje para olvidar la muerte.

Bienaventurado sea el placer del diálogo,
el del viento con la higuera de brazos abiertos,
el de la imprenta con los suaves sonetos de Petrarca.

Bienaventurado el que inventó los nombres,
las orquídeas y los acantilados adolescentes
donde la palabra amor mira extasiada el mar.

Bienaventurado el silencio porque gracias a él
crea la música atardeceres, plumas, panteras,
climas intrépidos, palabras en buscas de sí mismas.

Bienaventurada la imaginación inútil
porque ella nos permite besar los labios del absurdo
y cruzar el umbral donde lo desconocido nos aguarda ardiente

Bienaventurado el que ama desinteresadamente la vida.

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