jueves, 9 de octubre de 2014

Hay golpes

Hay golpes tan suaves
que saben a caricia,
a pradera que sabe caminar.


Hay golpes tan suaves
que saben a festín o a orgía,
a canción medieval de Groenlandia,
a labios mirando al mar.
 

Hay golpes tan suaves
que son inmerecidos,
hay niños que quieren de corazón,
niños que quieren.
 

Hay niños en la estepa rusa
bebiendo Tchaikovsky,
devorando Dovstoieski
o guerras intestinas.
 

Hay niños tan pupitres
que añoran el tiempo
de los lapiceros,
cuando aún existían los colores.

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

Pienso en tu sexo
y los poetas me regalan
una canción de alborada.
Yo quiero bucear
en esas líquidas regiones
que van a dar a la mar,
que es el morir.


Pienso en tu sexo
y a veces tengo miedo de los tiburones,
criaturas sin maneras,
delirio obsesivo
de muchos odontólogos.


Pienso en tu sexo
e imagino
que aún es posible la alegría.
Y el fuego me dice
que me llamo voluptuosidad.

domingo, 5 de octubre de 2014

Viajes

El universo es infinito
y, sin embargo, es caja de cerillas,
los pechos de Esmeralda enamoran a Quasimodo,
que, aunque jorobado y sordo,
divisa el panorama de campanas y gárgolas jugando.

Voy de la mano del atardecer,
me despierto en la cama con un astro,
deleitándome con una música imposible,
¡Como añoro los pechos de Esmeralda!
Tiemblan mis huesos bajo la tierra
y los pájaros recuerdan otra vidas.


Yo no vi la llegada del hombre a la Luna
porque estaba aprendiendo a copular.
¡Bendita ignorancia llena de sabiduría!
Sus muslos eran manzanas,
su sexo me recordaba la canción de los Beatles:
“Ahora saben cuántos agujeros hacen falta para llenar el Albert Hall.”
(Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall.
I'd love to turn you on.)

Cómo me gustaría echarte un polvo.

Mientras los astronautas hablaban
de un gran salto para la humanidad,
nuestra pequeña habitación se llenó
de campos de fresas para siempre.