Yo soy mi propia mascota
y busco formas de escapar
de esta prisión de peluche.
Jugar conmigo era una fiesta
pero más tarde la vida
me fue pasando todas las facturas.
Soy un peluche para un desconocido,
que se sabe dueño de mi nombre,
soy un muñeco que quisiera tener
una casa de muñecos.
Vivo en un mundo hormiguero
repleto de agujeros negros,
los osos son osos de verdad
y producen ataques de pánico de peluche.
No encuentro otra salida
que contratar un cirujano de peluches,
que me devuelva mi libertad
y me permita ser dueño de mí mismo.
La operación ha ido bien,
sale en la prensa del corazón,
el doctor ha cobrado su minuta
y yo sigo pensando
que soy la marioneta de mí mismo.
¿Quién detrás de mí mueve los hilos?
¿Y quién detrás de él mueve los suyos?
Quisiera ser araña que teje libremente
o cultivar escorpiones dentro de mi cabeza,
acabar para siempre con mi sed
sorbiéndome de un solo trago
todos los ríos de la tierra.
Siempre quiero ser otra cosa,
busco y no encuentro,
que alguien me preste una linterna,
estoy enamorado de lo desconocido
y ese sitio se llama libertad.
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