viernes, 26 de septiembre de 2014

El esfuerzo inútil produce melancolía



El universo es una clase
en la que el maestro ha sido crucificado,
la vida no significa nada,
por eso lloro a mares
contaminados hasta la suciedad.

Mensajes perdidos en una botella;
el cielo tiene playas
donde esconder la dicha.

¡Buenas tardes! le dije al absurdo
Antes de que el mundo fuera hecho,
antes de que el mundo fuera hecho,
¡Tanta belleza en un grano de arena!
Flores carnívoras avanzan hacia mi cama.

Cuentan que  el esfuerzo inútil
produce  melancolía.
El universo es una clase
en la que el profe se ha vuelto loco.

Soy un ánade
que besa en la boca
el delta que busca el mar.

Entre los muslos del delta
había mucha algarabía,
salvaje e inocente
alegría de vivir.

¡Cómo me gustan tus pechos!
qué sublime es el atardecer,
cantando siempre la misma canción,
y, a la vez, ignoto fruto indescifrable.

Somos una multitud de ánades,
un harem de voluptuosidad,
copulamos a placer
mientras la  alondra acaricia
las gotas que llueve el cielo.

Volamos a la secreta casa de la muerte,
allí conocimos a una chica que estudiaba Biológicas,
que lo hizo por primera vez a los 17
(me refiero, claro está, a lo de estudiar).
Ella leía las 1000 y unas noches,
nosotros creábamos un mundo paralelo.

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