miércoles, 3 de septiembre de 2014

El silencio de las tortugas



El silencio más absoluto
se ha adueñado de las tortugas,
que han esperado un millón de años.
Hay otros mundos
pero vienen de tu lugar sagrado.

Habitan volcanes en la palma de mi mano,
soy naranjas que son labios,
soy pájaro que canta enloquecido al alba,
soy magnolia en busca de sí misma.

Es dulce domar una nube,
jugar con la noche a las tinieblas.
Me gustan tanto tus ojos
que me los comí en un abrir y cerrar de ojos.

De todos los dones me quedo con el don  de lenguas.
Nada como la retórica o la erótica,
las palabras de amor asesinando a Tánatos.

Es el centro del mundo cada cama,
la vida no se ha inventado todavía,
tiembla de expectación el universo,
hay asteroides que me besan
y todo se vuelve luminoso.

Jugábamos a las cartas con nuestros cuerpos
y volábamos a nuevas dimensiones,
donde los dioses griegos
respiraban a pleno pulmón
lo  inverosímil de su azar.

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