viernes, 26 de septiembre de 2014

Pienso en tu sexo



Pienso en tu sexo
y rampantes
como un falo erecto
se desnudan los acantilados,
que van a dar a la mar,
que es el morir.

Pienso en tu sexo
y los poetas me regalan
una canción de alborada.
Yo quiero bucear
en esas líquidas regiones
que almacenan alma.

Pienso en tu sexo
y aprendo a leer entre líneas
la historia más inverosímil
jamás contada
e imagino
que aún es posible la alegría.

Pienso en tu sexo
y a veces tengo miedo de los tiburones,
criaturas sin maneras,
delirio obsesivo
de muchos odontólogos.

Pienso en tu sexo
y un escalofrío gigantesco
recorre mi cuerpo y mi espíritu
inundándome de fuego, agua
y voluptuosidad.

Noticias de mi suicidio



Sé que no es buena publicidad para la casa,
pero, al cabo, es una forma de comunicar
que allí abrevan su cultura y su cerveza
los últimos bohemios sin novedad en el frente.

Saludé como tantos otros martes
mas con la idea clara
de cruzar las puertas del cielo.

Amo Libertad 8,
almas desparramadas sobre alfombras orientales,
gente con talento rápido
y de los cuerpos ni hablamos.

Si este fuera un país libre,
daría rienda suelta a los lebreles de mi corazón
y mi lengua y mi verdad
marcharían de la mano.

Abrumado por un problema
que no resuelve ni dios
(eso si no lo ha causado él, el muy cabrón).

Tiré de un Winchester
del año de la polka,
apunté hacia la sien y disparé.

No pude evitar ver la mirada
de una compañera mientras
mi cabeza golpeaba con estrépito la mesa.

Al más allá han llegado noticias
que insisten que en Libertad
hay un discreto lugar (hacia la parte final)
con un grafitti que recuerda que allí
en otro tiempo solía recitar
un poeta de nombre José Miguel
y de apellido González.

El esfuerzo inútil produce melancolía



El universo es una clase
en la que el maestro ha sido crucificado,
la vida no significa nada,
por eso lloro a mares
contaminados hasta la suciedad.

Mensajes perdidos en una botella;
el cielo tiene playas
donde esconder la dicha.

¡Buenas tardes! le dije al absurdo
Antes de que el mundo fuera hecho,
antes de que el mundo fuera hecho,
¡Tanta belleza en un grano de arena!
Flores carnívoras avanzan hacia mi cama.

Cuentan que  el esfuerzo inútil
produce  melancolía.
El universo es una clase
en la que el profe se ha vuelto loco.

Soy un ánade
que besa en la boca
el delta que busca el mar.

Entre los muslos del delta
había mucha algarabía,
salvaje e inocente
alegría de vivir.

¡Cómo me gustan tus pechos!
qué sublime es el atardecer,
cantando siempre la misma canción,
y, a la vez, ignoto fruto indescifrable.

Somos una multitud de ánades,
un harem de voluptuosidad,
copulamos a placer
mientras la  alondra acaricia
las gotas que llueve el cielo.

Volamos a la secreta casa de la muerte,
allí conocimos a una chica que estudiaba Biológicas,
que lo hizo por primera vez a los 17
(me refiero, claro está, a lo de estudiar).
Ella leía las 1000 y unas noches,
nosotros creábamos un mundo paralelo.

Amo tu nombre, Libertad



Eres canción en el viento
para que la beba el pueblo,
cantar que se empapa a cántaros
de la belleza convulsa.

Amo los lápices de colores
porque escriben mis canciones,
juegan a nubes que vuelan
y juegan a tiburones.

Quien me regaló la infancia
me presenta a doña Muerte,
y nos vamos de la mano
sin miedo ni partitura.

Amo tu nombre libertad,
eres tan buena persona
que me regalas lúcido lenguaje
para que crezca el libertinaje.

La lengua de las canciones
se infiltra con gran pasión
por los poros de tu sexo,
lloras de un inaudito placer.

Crece el asombro entre el pueblo,
todo lo puede la música,
madre del regocijo
y abuela de la melancolía.

Amo tu nombre libertad
odio la palabra amo,
destripar  a los verdugos,
que prolifere la risa.

Pueblo aurora boreal,
pueblo montaña de Venus,
cuántas noches de alegría
sobre un alazán alzado.

Me invento tus ojos negros,
llueve música a raudales
por los arrabales del corazón
y las golondrinas lloran.

Amo tu nombre libertad,
amo la libertad de tu nombre,
quiero que vuestras canciones
me diluvien y me ensanchen.